Tiempo atrás, un equipo científico canadiense captó una señal fugaz de radio proveniente del espacio exterior.
La misma fue detectada por el CHIME, el Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment o Experimento Canadiense para el Mapeo de la Intensidad de Hidrógeno. El CHIME es un novedoso telescopio instalado en Canadá, en la provincia de Columbia Británica, concebido para trazar una carta del hidrógeno, el elemento con mayor presencia en el Universo. Las señales digitalizadas captadas por el telescopio a muy alta velocidad, serán procesadas para diseñar un mapa en 3 dimensiones de la densidad de las muestras de ese gas, lo que a su vez permitirá medir la historia de la expansión del Universo. Por si fuera poco, el telescopio analizará ráfagas de radio rápidas, que facilitarán monitorear a diario el comportamiento de las estrellas conocidas como púlsares y captar “señales extraterrestres”. El imaginario social asocia de manera casi automática la expresión “extraterrestre” con vida inteligente en el espacio exterior, esa mezcla de sueño-pesadilla humana de toparse con seres provenientes de otros mundos.